jueves, 18 de octubre de 2012

Cómo transformarte en una persona más positiva y optimista… sin convertirte en un “come flores”


Actualmente es mucha la información que nos bombardea acerca de los beneficios de ser una persona más positiva, entre los que se encuentran el tener una mejor salud física, se inhibe la prolongación de redes neuronales vinculadas a estados emocionales, como la depresión y la ansiedad; además de encontrar más y mejores soluciones a nuestros problemas, nos relacionamos más satisfactoriamente con nuestros familiares, pareja y amigos, entre otros múltiples beneficios. Todo eso resulta fabuloso, pero ahora surge la pregunta… ¿Cómo convertirnos en personas más positivas, cuando constantemente recibimos información de que vivimos en un mundo agresivo donde constantemente debemos cuidarnos de que algo malo nos pueda suceder?.

Según Luiggi Marìa Anolli, autor del libro “El Optimismo”, convertirse en una persona optimista y positiva está al alcance de cualquier individuo, para ello solo tenemos que ejercitar y desarrollar pensamientos, al igual que emociones positivas, pero sobre todo tener expectativas realistas.

Cabe destacar, que a diferencia de un “come flores” – término empleado por los venezolanos para hacer referencia a personas poco realistas, que les cuesta ubicarse en el aquí y en el ahora, en otras palabras, poner los pies sobre la tierra - , una persona optimista, tiene una visión realista de los hechos y de los acontecimientos que suceden en su entorno y por ende en su vida.

El optimismo, se trata de incrementar la capacidad de resiliencia, en otras palabras, la capacidad de aprender de las propias experiencias; por ello, es importante la educación tanto en el hogar como en la escuela, donde se fundamentan las bases de la gran mayoría de nuestros valores; sin embargo, la responsabilidad de desarrollarlo se encuentra en nuestras propias manos.

En este sentido, ser optimista, te permite modelar tú mismo, tu propia forma de pensar y por ende de actuar en función de lo que realmente deseas, llevando los anhelos a realidades. Asimismo, te permite modelar tus propias emociones.

Las personas optimistas contribuyen a que otros se transformen en personas optimistas también. Así como se contagia una sonrisa, el optimismo también lo hace. De éste modo, los beneficios del optimismo se incrementan aún más por sí solos.

Ver todo a través de lentes color de rosa, es convertirse en un “come flores”, en otras palabras se asume un optimismo irrealista, caracterizado por una ignorancia intencional que lleva irremediablemente de fracaso en fracaso. Por ello, se debe considerar que el optimismo siempre es realista e inteligente, por lo tanto no se construye sobre afirmaciones positivas exageradas y poco congruentes con la realidad.

Es importante señalar, que existen distintas formas de pensamiento que son poco constructivas para nuestra vida, en este sentido, cuando se asume un optimismo falso, se necesitan demostrar los argumentos a costa de lo que sea, ya que se asume como bandera ficticia. Del mismo modo, el positivismo, puede asumirse por obligación, aunque no se crea en los argumentos, debe ser mostrado por la persona quien lo asume por su rol o posición social. Por su parte el optimismo mágico, es un juego que no toma en cuenta lo efectivo de la situación, se cree que con solo pensar en positivo, las cosas sucederán de ese modo. Finalmente, no puede dejarse a un lado el optimismo necio, que convierte a quien lo asume en un “come flores”, viéndolo todo de una forma superficial y estereotipada a través de cristales de color de rosa.

Es importante destacar que aceptar tanto lo que nos gusta, como lo que no nos gusta, ayuda a convertirnos en personas optimistas, ya que implica saber tener una medida del límite de la realidad, a fin de obtener lo máximo dentro de este límite. En este sentido, tener expectativas demasiado optimistas puede desilusionarnos al ver que no realizamos nuestros propósitos. El pesimismo puede superarse con actividades como llevar un diario o meditar generando respuestas más positivas, al frenar las tendencias de pensamiento victimistas y catastróficas sustituyéndolas por nuevas formas de pensamiento y competencias emocionales.


Por último, para potenciar el optimismo, es recomendable:

1.- Tomar conciencia de nuestros pensamientos, tanto positivos como pesimistas durante el transcurso del día, puedes anotarlos en una libreta o emplear la vieja estrategia del ligazo en la muñeca, para que te des cuenta de cuantas veces has pensado de forma poco afirmativa, igualmente, puedes usar envases iguales transparentes e introducir en una de ellas un caramelo cada vez que tengas un pensamiento positivo y en el otro una piedrita o un grano cada vez que tengas un pensamiento negativo, esto te permitirá contrastar de manera mucho más grafica los pensamientos en tu mente .

2.- Toma conciencia de esos pensamientos, analizando si realmente son tuyos, o en su defecto son producto de lo que escuchaste repetidas veces de alguien y lo tomaste como una realidad sin comprobar si realmente eso es verídico. Un pensamiento repetido al menos 38 veces se asume como cierto.

3.-Prémiate tú mismo(a), cada vez que tengas un éxito o te hayas permitido disfrutar de una experiencia satisfactoria, visitando un lugar que te guste, compradote algo lindo que te lo rememore o simplemente rompiendo la dieta por solo un momento comiendo ese dulce que tanto te gusta. Recuerda siempre que la primera persona que debe premiarte y celebrar tus logros eres tú mismo. Eso te ayudará a liberarte de culpas infundadas y de compromisos cognoscitivos prematuros acerca de que no mereces alcanzar tus sueños.

4.- Cuando sientas que a tu cabeza vienen pensamientos negativos, trata de recordar los eventos que te hicieron feliz y en los que tuviste un éxito satisfactorio y sustituye con ellos los recuerdos de sucesos tristes y negativos.

Gracias por leerme en esta oportunidad y recuerda que la oportunidad de ser feliz es un derecho ganado por voluntad divina y que solo tú mismo puedes darte el permiso de disfrutar…!

Por: Psic. Eileen Azuaje Msc.

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